Autor: Víctor Guadalajara
Técnica: Acero al carbón
Tamaño: 380 x 410 x 250 cm.
Año: 2016
Hay una diferencia entre escultura y escultura monumental. Ambas parten de los mismos principios, de las mismas exigencias de tridimensión. Pero hay ciertas sutilezas que matizan y enriquecen las diferencias entre ambas. La escultura monumental, sobre todo, está dirigida a la amplitud de un espectador, por ello tiene que estar en un lugar público o de tránsito. No depende tanto del tamaño como de su concepto, de su “monumentalidad”. Hay quien dice que se trata sobre el espacio abierto. Pero un escultura de gran formato, en una calle o en un jardín, no tiene por que ser monumental. Las esperanzas de Zúñiga no tienen la misma carga que un Monolito de Moore, aunque este último sea más pequeño. Comenzamos este archivo con El árbol de Víctor Guadalajara, ubicado en la Notaria Nº 122 de la Ciudad de México. Un lugar donde el tránsito público abre la mirada, con fuerza e interés, hacia el arte contemporáneo en México. Un tránsito visual y de cuerpos que habitan el espacio. De la misma forma que integrar una escultura monumental en el archivo de una colección privada genera un diálogo en el cual la propia grandeza de la pieza se puede ver reflejada en la lógica discursiva del coleccionista. Una pieza cuya estética resalta la potencia icónica, que regresa a un lugar con la fuerza de la apertura, nos habla de un artista, en diálogo con sus coleccionistas, en el cual la producción se posibilita y se gesta con creatividad e interés.
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